En un post anterior, hablamos de los coches que se conducen solos, es decir, sin que el conductor esté manejando los pedales, el volante y la palanca de cambios. Uno de los vehículos más famosos de esa categoría, es el de Google. Se trata de un vehículo que gracias a los sensores, sistemas de navegación y a la electrónica que posee es capaz de sortear obstáculos y llegar al punto indicado.
En esta ocasión, Google ha aprovechado para probar su vehículo en un circuito cerrado y probar que su vehículo, además de sortear obstáculos, también es capaz de ir rápido. He aquí el resultado visto desde el exterior y el interior del coche:
El ingenio, lógicamente, está programado para ir rápido. En condiciones normales, el coche iría a velocidad mucho más suave y torpe.
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