El algoritmo de Dios

El algoritmo de Dios, tan rimbombante y grandilocuente, debería de ser aplicado a un super invento o aplicación no menos espectacular y complejo. Sin embargo, este algoritmo se aplica ni más ni menos que al cubo mágico o cubo de Rubik. 

Pocos inventos han dado tanto juego y han sido tan inmortales como el mítico cubo de Rubik. Fue inventado en 1974 por el profesor de arquitectura húngaro Ernö Rubik y su lanzamiento comercial ocurrió en 1980. Hasta la fecha se han vendido más de 400 millones y por muchos está considerado el mejor juguete de la historia.

No serán pocos los que se han dado de cabezazos contra la pared intentado resolver este puzzle. Según la Wikipedia, este juguete tiene más de 43 trillones de combinaciones! Sin embargo, Google ha venido a resolvernos este quebradero de cabeza, y han probado con un ordenador que tiene una CPU de 35 años que el cubo de Rubik se resuelve exactamente en 20 movimientos. Este descubrimiento lo han llevado a cabo Morley Davidson, John Dethridge, Herbert Kociemba, y Tomas Rokick.

No ha sido fácil llegar hasta este paso, y es que otros matemáticos han aventurado un número de movimientos para resolver este ingenio. La primera "solución" la dio Morwen Thistlethwaite en 1981. Morwen era profesor de matemáticas en la Universidad de Tennessee y concluyó que el juego podía resolverse en 52 movimientos. Posteriormente, otros investigadores redujeron esta cifra hasta que en julio de 2010 el equipo de Google llegó a la que parece solución definitiva: 20 movimientos. A este número se le llama el número de Dios. Toda la información está aquí.

Otra muestra del carisma de este invento son las competiciones de resolver un cubo contra reloj que se llevan a cabo por todo el mundo (speedcubers), o que el "Nobel" de matemáticas fue entregado en 2008 a unos científicos basándose en los avances que habían hecho a partir del cubo mágico... o que se ha llegado a inventar un robot (Cubestormer) y una aplicación de Iphone (Cubecheater) que resuelven el cubo de Rubik. Por supuesto, para ello emplean el algoritmo de Dios.