Inteligencia artificial, robótica, historia y algo más.

11/5/21

Algoritmos para decidir quién muere. El nuevo casino de la guerra

La guerra en los últimos años está transformándose totalmente. De hecho, ni siquiera somos conscientes de si estamos inmersos en una guerra o no. ¿Consideramos a los ciberataques como maniobras militares? ¿No afectan a infraestructuras críticas que pueden debilitar a un país? No soy un experto en historia militar, pero parece que el siglo XX se haya destacado por exhibiciones de fuerza y despliegue de miles de soldados sobre el terreno, y que ya ese tipo de acciones tenga muy mala prensa internacional. Los líderes políticos tienen muy difícil defender públicamente un desembarco masivo de tropas en un país extranjero, e infligir o sufrir un número muy alto de víctimas.

En esa línea, en los últimos años, varios ejércitos se están robotizando. Como muestra, un botón: cuando EEUU invadió Iraq en 2001, no tenía robots sobre el terreno. Al final de 2004, tenía unos 150. Pero para finales de 2008, la cantidad llegaba a 12.000. Los robots se ven como un instrumento que evita víctimas humanas, que no se cansa, y al que el estado le cuesta menos arreglar, que el coste que supone las lesiones de un soldado. Además, viste de una especie de halo objetivo el conflicto, como si los estados estuviesen esforzándose por crear el mínimo daño posible, como si los robots tuviesen una capacidad de precisión y letalidad quirúrgica que previene que haya víctimas inocentes. 

En ese marco de pensamiento, los drones han tenido un auge espectacular en los ejércitos modernos en los últimos años, y ha pasado de considerarse un arma que los Estados Unidos retiraron de su arsenal en los 70, a ser una pieza imprescindible de su armamento. Aparentemente, son todo ventajas: es un arma que puede pasar desapercibida, que se puede controlar remotamente desde una base situada en el país atacante, tienen una letalidad muy grande, y en el caso de pérdida, los países no tienen que dar demasiadas explicaciones. 

De hecho, el tema de los drones militares es tan extenso, que muchos de sus aspectos merecen su posts aparte. Estos robots autónomos están cambiando totalmente las normas de la guerra. En este artículo tan solo quería destacar el programa según el cual, el Departamento de Defensa de USA desarrolló un programa secreto para decidir si uno de estos drones disparaba o no. Y se llamó Bugsplat, literalmente, "ruido de insecto".

Bugsplat fue un software de simulación que se desarrolló a partir de 2003, y que permitía calcular el daño total que provocaría una bomba tirada desde uno de estos drones, por ejemplo, un Predator. El objetivo del software era doble: en primer lugar, el objetivo era minimizar el número de víctimas civiles. Y en segundo lugar, se deseaba contar con un criterio estandarizado para tomar decisiones rápidamente sobre ataques con drone, y llegar incluso a automatizar la tarea. 

Hace tiempo que nos insensibilizamos con cifras de fallecidos, y nos cuesta entender las implicaciones de Bugsplat. Este software representa un algoritmo que llegó a decidir si cientos de personas vivían o no, en función de la situación en que se encontraban en el momento de ser evaluados. ¿Estaban cerca de algún objetivo militar? ¿Había niños alrededor? ¿La detonación hubiera sido mortal o solo hiriente? En definitiva, la vida sometida a algoritmos. Una solución tecno-optimista que intenta liberar de responsabilidad a los líderes militares. Un solucionismo tecnológico para la guerra. Paradójicamente, bugsplat se ha convertido en el término empleado para designar a las víctimas de los drones.

De hecho, aunque en este aspecto convendría profundizar más, los controladores de los drones, que estaban en bases en suelo norteamericano, hablaban de que emplear Bugsplat era parecido a usar un vídeojuego, donde empleando el joystick, la paciencia, y las cámaras, podían ver con sus propios ojos el hi-score que conseguirían al lanzar una bomba en un sitio u otro, en un momento u otro.

¿A alguien le extrañaría que a estas alturas no se haya desarrollado algo con un estigma más tecnológico, con técnicas de deep learning y blockchain? El modo de hacer la guerra está cambiando totalmente, y espero contarlo en este blog en próximos artículos. Acompañadme.

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