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21/1/24

Teléfonos móviles y pantallas: más educación y menos prohibición

La revolución actual en la educación, según algunos expertos, no está en la digitalización de contenidos, metodologías y muchas otras cosas relacionadas: es antipantallas, hasta el punto de que todos los colegios se suman a la tendencia popular de restringir totalmente el uso de móviles por parte de los alumnos. No importa el contexto o la tarea que estén realizando: la clave es que tengan una pantalla, y el discurso simplista actual dice que éstas "son malas". Y lo peor de esta corriente es que no proviene de la comunidad educativa, como siempre.

Si se trata de prohibir, prohibamos, pues. Nadie aporta soluciones, y menos educativas. Los centros ya tienen autonomía organizativa en cuanto a la regulación del uso de dispositivos electrónicos y la inmensa mayoría han incorporado esta restricción a sus normas; de hecho, ir ahora contra la tendencia actual es no prohibirlo, aunque algunos países europeos ya lo hayan decidido. Por tanto, si se puede regular el uso del móvil en los colegios, ¿dónde está el problema? ¿Estamos culpando una vez más a la escuela de los defectos de la sociedad? ¿La estamos haciendo responsable de algo que se genera fuera de la clase, como el acoso escolar?

La investigación, hasta ahora, no confirma que las pantallas tengan efectos nocivos. Relevante es un estudio reciente de la Universidad de Oxford, que no encontró vínculos entre el uso de Internet y dispositivos y el bienestar psicológico, "a pesar de las suposiciones populares" (hablé de esto en un post hace poco). ¿No nos fiamos de los aburridos investigadores? La Asociación Española de Pediatría afirma en otro comunicado publicó que "la clave está en aprender a hacer un uso responsable de los dispositivos digitales a cualquier edad".



Existe, por tanto, otra corriente sensacionalista expansiva ante la imperiosa necesidad de presentar titulares polémicos para captar la atención e incrementar las posiciones contrarias a una educación digital responsable, opinión a la que se responde masivamente con una prohibición absoluta, sin margen de maniobra para una introducción progresiva y guiada de los móviles como herramientas educativas.

Prueba de la magnitud de esta corriente de desinformación fue la repercusión del Informe publicado por la UNESCO el pasado verano: muchos titulares de prensa difundieron la recomendación de prohibir el uso del móvil, cuando las conclusiones indicaban que las escuelas deben garantizar:

"que los intereses de los alumnos se sitúen en el centro y que las tecnologías digitales se utilicen para apoyar una educación basada en la interacción humana en lugar de tratar de sustituirla".

Señores políticos (de España y de otros países): probablemente lo que más les importe sea quedar bien en los informes PISA. Pero después de casi 30 años de estos tests en nuestro país, a la conclusión que llego yo es que la mayoría de sus leyes educativas y ocurrencias tienen poco o ningún efecto en el rendimiento de estos indicadores. Aunque de PISA ya hablaremos en otro artículo.

Estoy firmemente convencido de que prohibir o no prohibir las pantallas en la escuela es un debate inexistente originado en las redes sociales y reivindicado por personas que consideran que el procedimiento educativo se basa únicamente en la posición tradicional del profesor ante la pizarra, mientras los alumnos escuchan y toman apuntes. No se tiene en cuenta que el profesional de la educación que articula una actividad docente con smartphones es una persona plenamente responsable y consciente del uso de las pantallas durante esos momentos en clase. Demostremos que realmente queremos apoyar la educación pública, y no de boquilla, y no digamos a los profesionales cómo hacer su trabajo.



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7/1/24

Tinder estaba bien para los inversores. Para los usuarios no tanto

Una vez cerrado el antiguo 2023, a todo el mundo toca hacer resumen de cómo ha ido el año. En el caso de las apps de citas, los últimos años no pueden haberles ido peor, a tenor de sus cotizaciones en Bolsa. Da igual que Tinder se saque de la manga ideas como Tinder-Select (la suscripción mensual de 500$), o que cada vez haya más publicidad de estas plataformas en televisión. En las siguientes imágenes, podéis ver cómo las cotizaciones de Match Group (propietaria de Tinder, OkCupid o Meetic, entre otras), o su competencia, Bumble:




La caída que llevan estas inversiones desde 2021-2022 es de aúpa. La pandemia y el confinamiento hizo que una gran parte de la población usase estas plataformas compulsivamente, pero una vez que escampó ese escenario, la tendencia no se ha mantenido y todas las aplicaciones de citas han ido perdiendo cuota de mercado, usuarios y beneficios. Paradójicamente, junto a todo esto, nos debería de llamar la atención la crisis de sexo casual y descenso de citas aquí te pillo, aquí te mato que se anuncian a lo largo de todo el globo, sobre todo entre los jóvenes.

Los que llevan leyendo un tiempo este blog, ya saben que siempre he defendido que el objetivo de Tinder no es que encuentres pareja, sino que tindees. Estas aplicaciones no cumplen una función de una ONG o un buen amigo que te presente a esa persona especial. No. Esas aplicaciones buscan hacer dinero. Mucho dinero.

El caso es que Tinder lleva preocupado ya varios meses ante la pérdida de credibilidad de sus accionistas. Si este tipo de aplicaciones sociales se volvieron tristemenente famosas por la frugalidad de las relaciones, las desapariciones, las mentiras, las traiciones y la frustración ante conseguir pareja, ahora los jefazos de Match Group han decidido que tienen que darle una vuelta a la aplicación, y lograr que los matches que se generen en esta red social lleven a relaciones más estables, serias y de compromiso. Parece que ese sea el foco de los adolescentes actuales, y que les lleva a desconfiar cada vez más de redes sociales.

Pero quizás sea más complicado que todo eso. Fijémonos en las siguientes gráficas, extraídas de Pew Research y que detectan un cambio de tendencia, y que los jóvenes (y no tan jóvenes) que están solter@s, no tienen intención de cambiar de estatus:





Von Neumman, uno de los científicos más brillantes que hayan pasado por este mundo probablemente, ya decía que si las matemáticas te parecen difíciles, seguramente será porque no hayas intentado estudiar seriamente las relaciones humanas.

No hay razones sencillas para realidades complejas, ni puedo dar en este blog una respuesta global al fenómeno que está pasando en nuestras sociedades. Las aplicaciones de citas hacía tiempo que se habían convertido en un lugar inhóspito, un juego del calamar sin asesinatos.

"Las relaciones emocionales, amorosas y sexuales se están transformando en estos tiempos. Tenemos muchos likes, oportunidades e interacciones, pero todas son superficiales y ninguna nos engancha, por eso vivimos en el mundo de la soledad”. “Estas relaciones líquidas además, se combinan con la era del individualismo, en la que uno está en el centro de todo. Hay nuevas formas de ligar, apps especializadas en conectar a la gente o que sin tener ese cometido se usan para ello, desde Instagram hasta BeReal. Las posibilidades aparentes de conexión son tan enormes que pasamos a la siguiente en cuanto podemos. No contestamos, despreciamos lo que no nos ha entrado por los ojos y lo ignoramos. Muchos ligan desde esta perspectiva."

También estoy convencido de que una de las razones del descenso del sexo casual será el fácil acceso a los portales PornHub y similares. Pero tengo también mis dudas sobre el auge de asistentes de conversación como ChatGPT, o relaciones parasociales como las que tenemos con los youtubers o podcasters tienen algo que ver.

Nadie dijo que estar integrado en esta sociedad fuera fácil.



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