Inteligencia artificial, robótica, historia y algo más.

30/3/23

En Dios confíamos. Todos los demás deben traer referencias (incluídos GPT-4 y hermanos)

Dicen que la el motor de vapor, el invento por antonomasia en la Revolución Industrial, aumentó la productividad de la economía en un 20%. Yo no sé medir la productividad, ni tengo claro que los expertos, cuando hablan de ella, sepan de lo que hablan. Y tampoco sé ya qué incremento de la productividad habrán prometido sobre GPT-4.

Creo que estamos más centrados en detectar los fallos que realiza GPT-4 que en entender bien la que se nos viene encima. Microsoft ha comenzado a incluir inteligencia artificial en todo su arsenal de herramientas Office, Bing, y esto parece que será solo el principio. Parece que en cualquier interfaz en la que se pueda introducir texto, nos van a meter algún tipo de asistente de conversación.

GPT-4 hace cosas increíbles, sí.

Es capaz
de desarrollar una app para iPhone en minutos, y colgártela en su repositorio online.
Es capaz de responder a enunciados de problemas matemáticos de la asignatura que imparto en la universidad, aunque lo resuelva mal. O quizás el que lo haga mal sea yo. Ya no estoy seguro.
Es capaz de responder sobre ideologías políticas y razonar sobre supuestos hipotéticos mejor que cualquier persona que conozcáis, probablemente.
Es capaz de hacerlo también sobre Dios, y probablemente, si conocíais a alguien capaz de hablar de una manera tan fluida sobre anarquismo, deberíais borrarla de saber hacerlo sobre Dios.
Es capaz de escribir libros, y lo está haciendo a destajo y vendiéndolos en Amazon.
Es capaz de aprobar exámenes con fama de ser dificilísimos.
Es capaz (o eso dicen) de sustituir en sus puestos de trabajo a nosécuántosporiciento de las personas de EEUU.



El infierno es, sobre todo, aquello que perdiste inevitablemente, aquello contra lo que nada pudiste hacer. Un tal Rawl decía que la desigualdad puede justificarse si todos en la sociedad se benefician de ella.

Quizás GPT-4 se convierta en una especie de calculadora moderna, ¿por qué no? La calculadora no sirve para hacer exámenes, pero permite que no tengamos que realizar las operaciones de cálculo a mano. Ahorra muchísimo tiempo, pero hay que saber manejarla. ¿Será la profesión del futuro la de ingeniero especialista en hablar con inteligencias artificiales?

Por cierto:
A pesar de que GPT-4 escriba libros y artículos, no parece que haya nadie particularmente interesado en leerlos.
A pesar de que apruebe exámenes dificílisimos, ChatGPT, GPT-4 está entrenado con lo que había en internet, no sé sabe muy bien con qué, pero es muy probable que haya sido entrenado con las respuestas de esos exámenes.
A pesar de que parezca perfecto, estas herramientas aún se inventan muchas respuestas.
A pesar de que eliminen tareas laborales, bienvenido sean, quizás estemos más cerca de no regular nuestra sociedad según el trabajo.

GPT y todos sus hermanos es una tecnología increíble. Quizás haya venido a cambiar las cosas, o quizás no. La sobreinformación no ayuda a tranquilizar los ánimos, y a percibir las nuevas noticias como peligros y no como oportunidades. Dependerá en parte de nosotros.


Estamos ante una disyuntiva
. La humanidad necesita acelerar su adaptación a estas tecnologías o se debe tomar una decisión colectiva para frenar el desarrollo de estas tecnologías.

Vivimos en un tiempo donde todo se acaba, se agota y ya hace tiempo que se decretó la muerte del futuro y la idea de progreso (Marina Garcés).


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23/3/23

Reseña de Cleverlands, de Lucy Crehan. Un repaso a los mejores sistemas nacionales educativos

 Mientras le preparaban la cicuta, Sócrates aprendió una aria para flauta
- ¿De qué servirá? - le preguntaron
Así la sabré antes de morir
El conocimiento es el fin en sí mismo.
(Italo Calvino, Por qué leer los clásicos)


Uno de los últimos libros que ha llegado a mis manos ha sido Cleverlands, de Lucy Crehan, un ensayo descriptivo muy interesante sobre los mejores modelos educativos del mundo. La autora es una consultora experta en educación, y dedica varios años a vivir, entrevistar y experimentar los sistemas educativos que más éxito están teniendo en los últimos años, sobre todo según los resultados de los exámenes PISA. Estos sistemas son el finlandés, coreano, japonés, chino, canadiense, singapureño...


Como persona que vive profesionalmente de la docencia, el libro me ha encantado, se lee muy fácil, y el libro está estructurado en capítulos cortos en los que se utilizan uno o dos capítulos para describir el modelo de cada país, y destacar algunas características que le han llamado la atención. La autora también da algún palo a los tests PISA y a la predominancia que han conseguido como vara de medir. Quizás también nos debiera de hacer pensar.

No voy a destripar aquí el libro, y a cualquier persona interesada en la enseñanza, le recomiendo que se lea el libro. Me ha llamado mucho la atención la postura de los padres de los alumnos en Japón, la autonomía que tienen los profesores en Finlandia, que en China algo así como el equivalente a nuestra Selectividad es primordial para encontrar una buena pareja...


Hace tiempo que me convencí de que copiar sistemas entre países es algo harto difícil, ya que cada uno tiene su idiosincrasia, su cultura, y sus presiones político-sociales. En algo tan complejo y vital como los conocimientos y valores que recibirán nuestros alumnos en los centros educativos, no podemos conformarnos con que sean las leyes las únicas que cambien. También tendremos que cambiar nosotros.

Eso sí, el libro también destaca ciertas desventajas o aspectos negativos de algunos de estos sistemas tan brillantes. Innovar en educación NO es fácil.

Por el ritmo con el que está escrito, por lo que me ha enseñado, y por lo ameno que es, Cleverlands merece 5 estrellas sin duda.

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