Inteligencia artificial, robótica, historia y algo más.

31/8/22

Reseña de Contra apocalípticos

La sinopsis de esta obra es perfecta para describir el libro: "En el imaginario colectivo prevalece la idea de que nuestra civilización está condenada a desaparecer muy pronto. Las razones últimas de este inevitable colapso, según numerosos intelectuales, serían de carácter moral: los valores del humanismo, nos dicen, han convertido en verdad suprema los deseos y caprichos del ser humano, sacrificando el equilibrio del planeta en el altar del beneficio económico, y pisoteando los derechos del resto de los seres vivos".

"Contra apocalípticos ofrece un ramillete de argumentos destinados a desmontar las principales tesis de los más radicales agoreros, desde el ecologismo extremo hasta el «dataísmo» de Yuval Harari, pasando por las «posthumanidades críticas".

Jesús Zamora Bonilla, doctor en Filosofía y en Ciencias Económicas (y a quien también tenéis en Twitter), presenta un ensayo con estas disciplinas como marco de la mano de la editorial Shackleton. Sí, es un libro de filosofía... pero os prometo que este libro se entiende y disfruta. A lo largo de él, habla de ecologismo, posthumanismo y animalismo. A mí, en particular, me ha encantado.


Es un libro para leer con calma, para digerir. El libro está muy bien escrito, y no es la primera obra que he leído del autor, ni la última que leeré. He subrayado un montón de páginas e ideas, y disfrutado con la fina sátira y crítica que Jesús Zamora empleaba para elaborar sus argumentos. Y aunque no tengáis ni idea de filosofía, no os hará falta para entender este libro. El autor es un prolífico escritor, y tal y como recojo en los siguientes extractos, su estilo es directo y ameno, y habla de ideas tan de actualidad como las fake news, la super-inteligencia, o la paradoja de vivir en una realidad virtual.

"Sea como sea, lo cierto es que el escenario apocalíptico de una «singularidad tecnológica» no debe preocuparnos en absoluto, pues es una mera ficción sacada de la supersimplista idea de que la inteligencia artificial podría progresar mediante el desarrollo de sistemas informáticos capaces de diseñar versiones de sí mismos todavía mejores"

"Pues bien, la probabilidad de que a lo largo de la historia del universo exista al menos una civilización que alcance esta capacidad tecnológica es sumamente elevada, dice Bostrom y, por lo tanto, es muy probable que existan billones de «partidas» de realidad virtual (indistinguibles de una «realidad verdadera» cuando se experimentan desde su interior) que estén «jugándose» o hayan sido «jugadas»."

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14/8/22

Sobre las universidades basadas en la empleabilidad

La competencia entre universidades es más intensa que nunca, lo que resulta en un cambio hacia títulos relevantes para la industria.

Pero este intento de vincular las universidades y la economía no ha tenido un éxito universal hasta ahora. Los empleadores todavía se quejan de que los graduados carecen de las habilidades laborales necesarias. La investigación muestra que miles de graduados no pueden obtener trabajos de su elección. ¿Entonces las universidades están haciendo las cosas de manera equivocada? ¿Es la función de la universidad la de preparar a los alumnos para el trabajo? Y en el impulso para hacer que los graduados sean más empleables y ascender en las clasificaciones globales, ¿se ha visto afectada la capacidad de los estudiantes para aprender y elegir los cursos que quieren estudiar?

Las universidades comparten el compromiso de impartir cursos y programas que satisfagan las necesidades de la industria y la economía en general. Esto se ha logrado vinculando los títulos personalizados a los resultados laborales y, en el proceso, reestructurando la oferta y el contenido de los cursos.

Fuente

Esto ha dado como resultado una evaluación más basada en el desempeño y criterios de preparación para el trabajo, como atributos de graduados, que buscan capturar habilidades y capacidades genéricas que se pueden aplicar en el lugar de trabajo. Mientras que los legisladores, los administradores universitarios y los empleadores abogan por los vínculos entre las universidades y la economía, miles de graduados aún luchan por encontrar trabajo.

Esto es especialmente cierto en campos como la ingeniería, la enseñanza, la enfermería, el derecho, la logopedia, las finanzas y el comercio y la contabilidad. A pesar de tales preocupaciones, las universidades continúan reformando y reestructurando programas y cursos con la industria en mente. A menudo se ignora el panorama general.

Uno de los cambios más significativos hacia títulos simplificados y relevantes para la industria se produjo en 2007 con la introducción del llamado "Modelo de Melbourne".

El vicecanciller de Melbourne, Glyn Davis, justificó la consolidación de los títulos universitarios con el argumento de que esto evitaría la duplicación y la impartición de cursos pequeños y costosos. Pero su enfoque principal era hacer que la universidad fuera más “competitiva globalmente” en un mercado internacional cada vez más feroz.


Cuando la búsqueda de ganancias se interpone en el camino del aprendizaje
La universidad eliminó 96 programas y los reemplazó con seis programas de pregrado de tres años al estilo estadounidense, que se incorporaron a varios programas de posgrado.

Esto ofreció a la universidad un enorme potencial para la generación de ingresos, al reducir los costos de enseñanza y aumentar los ingresos al ofrecer cursos de posgrado de mayor precio. 

Como era de esperar, los recortes más severos fueron para los cursos de arte. Esto, a su vez, resultó en el despido de decenas de empleados, seguido de protestas de académicos, estudiantes y algunos miembros del público. A pesar de esta oposición, el modelo de Melbourne fue una señal de lo que vendría.

A principios de este año, la Universidad de Sydney, bajo la dirección del vicerrector Michael Spence, buscó emular el modelo de Melbourne y elevar a Sydney en el ranking mundial de universidades.

El equipo directivo de Spence lo hizo al embarcarse en un proceso similar de racionalización de cursos. En junio, el ABC informó que los cambios propuestos significarían reducir los 122 grados actuales a solo 20. Spence argumentó que: si es un título que va a hacer que nuestros graduados sean más competitivos internacionalmente, más aptos para el empleo, en realidad podría ser un gasto que valga la pena

Académicos, personal administrativo y estudiantes protestaron, argumentando que los despidos de personal exacerbarían una ronda anterior de recortes y reducirían la calidad y variedad de títulos. Recortes similares a los programas y al personal de la Universidad La Trobe también tenían la intención de impulsar su lugar en las clasificaciones mundiales.

Según el vicecanciller John Dewar, las "reformas impulsadas por la eficiencia y la calidad" permitirían la introducción de títulos distintivos o de nicho relevantes para el lugar de trabajo del siglo XXI.

Tales cambios, agregó, darían como resultado una “universidad rejuvenecida”. Se olvidó de mencionar que se perderían más de 300 puestos de trabajo y se eliminarían numerosas unidades.

Se han producido ejercicios de reestructuración similares en las universidades de Tasmania, Swinburne, Monash, Victoria, Curtin, Newcastle, Charles Sturt y la Universidad de Australia Occidental. Tales ejercicios de racionalización cortan el corazón de las universidades, eliminando los mismos activos por los que las instituciones son reconocidas.

Los numerosos ejemplos de recortes en los cursos van acompañados de cambios de gran alcance en el contenido de los cursos, con más énfasis en los resultados profesionales.

Las "competencias", los "atributos" y otras medidas de desempeño de las habilidades y los conocimientos han convertido las prioridades pedagógicas tradicionalmente aceptadas, como el "pensamiento crítico", en productos comercializados entre los posibles empleadores a través de carpetas electrónicas y CV listos para el trabajo.

Aunque las humanidades, las artes y las ciencias sociales continúan representando dos tercios de la admisión de estudiantes universitarios, estas áreas han sido objeto de profundos recortes o, como en el caso de la Universidad La Trobe, se han ajustado para satisfacer las necesidades de la industria, o se han abandonado por completo. (como ocurrió en QUT) a favor de las “industrias creativas”.

En otros lugares, se han hecho recortes en los estudios de paz y conflicto, historia, estudios de género, filosofía y muchos idiomas. Han proliferado las "ciencias duras" industrialmente relevantes y cursos como negocios, comercio y contabilidad.


Este artículo es una traducción libre del texto aparecido en The Conversation, con el que estoy totalmente de acuerdo.

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4/8/22

El curioso caso de las heladerías en Donostia

Famosa es la actividad de la alta burguesía en Donostia, consistente en Fuegos y helado. Por alta burguesía, consideremos a cualquier donostiarra de a pie, no vayamos a ofender a nadie. Y esta legendaria tradición no es más que ir a ver los fuegos artificiales en la Semana Grande (tercera semana de agosto), y tras ello, consumir un sabroso helado del Boulevard.

Os prometo que esta actividad de comer helados genera una importante parte del PIB de agosto de esta ciudad. Pero la entrada de este post no va exactamente de economía. ¿O sí, quién sabe? Ahora a todo se le llama economía. El caso es que desde hace unos 3 años, hay dos heladerías en el Boulevard de Donostia, separadas por 5 metros, tal y como se ve en la imagen:

Tal y como se puede ver, a la derecha está la heladería Boulevard, caracterizada por bolas de helado italiano y tradicionales. Sin embargo, a la izquierda, está Polo Loco, una heladería que abrieron hace unos 3 años, y con productos mucho más "sofisticados", como polos saludables, sabores más exóticos, etc.

Bien, pues este es el misterio -a lo que yo llamo que me llama mucho la atención-, y es que si nos situamos en el Boulevard donostiarra cualquier día de calor, da igual la hora que sea, la heladería de la derecha siempre tendrá una fila de clientes muchísimo más larga que la izquierda. ¿Por qué?


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