Inteligencia artificial, robótica, historia y algo más.

24/6/22

El trabajo infantil y la quiebra de las fábricas en 1800

Ya os habréis fijado que en las últimas entradas, estoy trayendo a este blog historias sobre discursos que suenan muy actuales. Los empleados son vagos, no quieren trabajar, no podemos subir los salarios, no encontramos mano de obra especializada...

En esta ocasión, quisiera contar un poco lo difícil que fue abolir el trabajo infantil, que ni mucho menos fue de la noche a la mañana. No es justo evaluar la historia con los ojos del presente, y es imposible saber dentro de 50 años, cuáles de las normas y discursos sobre el trabajo considerarán como auténticas aberraciones medievales.

En Inglaterra, a principios del siglo XIX, el movimiento hacia la legislación sobre el trabajo infantil fue el arduo trabajo de unos pocos reformadores. Ellos, como los reformadores posteriores en los Estados Unidos, se enfrentaron a muchos obstáculos. Los dueños de las fábricas afirmaron que si se eliminaba el trabajo infantil, sus empresas se irían a la ruina. El Sr. Justice Grose, uno de los primeros defensores de la reforma del trabajo infantil en Inglaterra, respondió a estos cargos en 1801, al sentenciar a un hombre por hacer trabajar demasiado a sus jóvenes aprendices: “Si los fabricantes insisten en que sin estos niños no podrían continuar con su oficio de manera ventajosa, no deberían de seguir persiguiendo la obtención de beneficios de manera indecente, sino abandonarse de inmediato, por el bien de la sociedad”.

El trabajo infantil tampoco se abandonó rápidamente en los Estados Unidos. En lugar de basarse en el deseo de eliminar las malas condiciones en las que trabajaban los niños, el movimiento se vio impulsado inicialmente por la preocupación por la falta de educación que recibían los niños trabajadores. El puritanismo de Nueva Inglaterra creía tanto en una fuerte ética de trabajo como en que la salvación se lograba a través de una buena comprensión de la Biblia. La última creencia, por supuesto, requería que los niños supieran leer. Los secularistas valoraron de manera similar la educación como una necesidad fundamental para lograr una ciudadanía educada; para los secularistas, la educación era fundamental para la democracia.


Por esto, Connecticut aprobó una ley en 1813 que exigía que los niños que trabajaban en las fábricas fueran educados en lectura, escritura y aritmética. A pesar de enfrentar argumentos de que tales leyes eran contrarias al derecho de los padres a criar a sus hijos como quisieron, para 1850, tres estados más aprobaron leyes similares.

Una convención del sindicato nacional de 1836 fue el primer organismo en exigir una edad mínima para los trabajadores de fábrica. Debido a esa presión, Massachusetts en 1842 limitó la jornada laboral para los niños menores de 12 años a 10 horas. Connecticut actuó de manera similar, pero aplicó la ley a los niños menores de 14 años. A fines de la década de 1840, todos los estados de Nueva Inglaterra tenían una ley de trabajo infantil. Estos estados incluían límites de edad que iban de los 9 a los 14 años. Sin embargo, estas regulaciones eran bastante limitadas.

En general, estas leyes y las que se aprobaron en las décadas siguientes tuvieron poco impacto en la práctica del trabajo infantil. Muchas de las leyes contenían excepciones que permitían que los niños más pequeños trabajaran con el consentimiento de los padres, y algunas permitían exceder las limitaciones de horas si el trabajo adicional era voluntario.

Fuente: US Bureau of Labour Statistics

Comparte:

6/6/22

Inteligencia artificial, chatbots, y una trágica historia de amor

Her, la película en la que Joaquin Phoenix se enamora de su asistente virtual, casi ha ocurrido en la realidad.

En 2012 fallecía con 23 años Jessica Pereira de una rara enfermedad. Su prometido no lo superaba, y 8 años después, pagó en una misteriosa web para revivirla.

Su prometido era Joshua Barbeau, y él y Jessica llevaban 2 años juntos. En 2012, el hígado trasplantado de ella empezó a fallar. Las toxinas le hicieron perder parte de la memoria, y pronto se convirtió en una paciente crónica en el hospital. Joshua dejó su trabajo como vigilante para estar junto a ella. Intubada, y apenas sin poder reaccionar con el mundo exterior, él le prometió que se casaría con ella cuando salieran del hospital.

Los médicos prometían que ella viviría aún unos 6 meses o más, y ante ese pronóstico, él hizo un viaje de 10 horas a ver a unos amigos. Cuando volvió, Jessica había entrado en coma, y requería soporte vital.

Nunca volvieron a hablar y nuestro protagonista nunca se lo perdonó. Había perdido la oportunidad de hablar con ella por última vez. La rabia le angustiaba y le hacía odiarse. Un mes después, los padres de Jessica dieron consentimiento a los médicos para retirar el soporte vital a su hija,... y falleció.

8 años más tarde, él se sentía peor que nunca, y decidió una locura: replicar artificialmente al amor de su vida. Project December es un proyecto basado en GPT-3, el motor de inteligencia artificial de generación de lenguaje. A Joshua le guió la intuición, y pagó 5$ por crear una cuenta.


Textos antiguos de Jessica, mensajes de Facebook, de redes sociales, cartas... todo servía para alimentar la red neuronal y conseguir una inteligencia artificial que simulase hablar con la ternura y amor que se tenían.

Project December, no obstante, ponía una condición: impuso que los bots que se desarrollasen, se borrarán tras un tiempo de vida. No habría bots eternos. Y Joshua y Jessica empezaron a hablar.

La primera conversación duró horas. Joshua agotó un 45% de la vida de su bot virtual. La primera conversación estuvo lleva de confesiones, risas, alegrías y momentos emocionantes. Esto es lo primero que él leyó:


Queréis saber cómo terminó? Pues no dejéis de leer el reportaje que hicieron sobre esta experiencia


Postdata

Según muchos usuarios que me habéis leído sobre esta historia, el capítulo T2x01 de Black Mirror es esta misma situación llevada al extremo.

Comparte:

Nos leemos:

descripción descripción descripción

Recibe las entradas por correo

En mi mesilla

Blog Archive

Licencia Creative Commons