En la niebla de la guerra, la información es poder. Y en Ucrania, la inteligencia artificial está atravesando esa niebla como nunca antes. El conflicto en curso se ha convertido en un campo de pruebas para los sistemas militares basados en IA, con la plataforma Delta de Ucrania a la cabeza. Junto a ella, la MetaConstellation de Palantir y los innovadores drones Saker están remodelando la forma de librar las guerras en el siglo XXI. Lejos de los robots no realistas e inspirados en Hollywood, la verdadera innovación reside en la gestión de datos. Veamos cómo estas revolucionarias tecnologías están dejando su huella en el campo de batalla.
Delta: El centro de mando ucraniano potenciado por IA
Una de las bazas de Ucrania en la guerra contra Rusia es el sistema Delta, responsable de la obtención de imágenes del campo de batalla en tiempo real. La solución ucraniana se ha integrado, entre otros, con el sistema polaco de control de tiro Topaz.
Delta es un sistema desarrollado en Ucrania, responsable del conocimiento de la situación y la gestión del campo de batalla. Su tarea consiste en procesar datos obtenidos de diversas fuentes (incluidos los proporcionados por países occidentales) y mostrarlos en tiempo real.
De este modo, los mandos ucranianos pueden seguir en directo la situación del campo de batalla. Delta está disponible tanto en ordenadores normales como en tabletas y teléfonos inteligentes. El sistema se considera un eslabón clave de la «cadena de mando» ucraniana (el proceso que va desde la detección del objetivo hasta su destrucción).
Imagine un sistema capaz de seguir los movimientos del enemigo, predecir sus próximos pasos y ayudar a coordinar una respuesta, todo ello en tiempo real. Eso es Delta en pocas palabras. Desarrollado por innovadores militares ucranianos, Delta es esencialmente un «Google para los militares».
Así es como funciona:
Recogida de datos: Delta obtiene información de diversas fuentes: drones, satélites, sensores terrestres e incluso redes sociales.
Análisis de inteligencia artificial: Los algoritmos de inteligencia artificial del sistema analizan los datos e identifican patrones y posibles amenazas.
Visualización: Toda esta información se muestra en una interfaz cartográfica de fácil manejo, que ofrece a los mandos una imagen clara del campo de batalla.
Ayuda a la toma de decisiones: Delta no se limita a mostrar lo que está ocurriendo, sino que ayuda a predecir lo que podría ocurrir a continuación, contribuyendo así a la planificación estratégica.
¿Cuál es el impacto? Las fuerzas ucranianas pueden reaccionar más rápida y eficazmente a los movimientos rusos. Es como tener una bola de cristal, pero alimentada por IA de vanguardia en lugar de magia. De alguna manera, este es el uso más puro de la Inteligencia Artificial, ya que se trata de limpiar y procesar datos. Probablemente, el sistema Delta ha sido el primer uso real de la IA en batalla.
Así que es importante entender que el sistema Delta no es un arma autónoma cruel, sino que «sólo» ayuda a tomar decisiones mejores y más rápidas que los humanos. Mi opinión es que es ridículo dejar que una máquina tome decisiones militares, y además, los estados de la OTAN no pueden saltarse la cadena de mando: cada acción tomada en el campo de batalla y sus implicaciones deben estar claramente respaldadas por un equipo humano, y ellos serán los únicos responsables en caso de que algo vaya mal.
Este sistema no se ha inventado en dos días, sino que Ucrania lo ha estado desarrollando a lo largo de los últimos años y presentándolo a sus aliados.
MetaConstelación de Palantir: Ojos en el cielo
Mientras que Delta procesa información procedente de diversas fuentes, MetaConstellation de Palantir se centra en proporcionar inteligencia satelital de primera categoría. Este sistema no se limita a obtener bonitas imágenes del espacio, sino que cambia la forma en que se utilizan los datos de los satélites en la guerra.
MetaConstellation hace algunas cosas clave:
Fusión de datos: Combina datos de múltiples fuentes satelitales, incluidos satélites comerciales y gubernamentales.
Análisis basado en inteligencia artificial: Al igual que Delta, MetaConstellation utiliza IA para analizar estos datos, detectando cambios y anomalías que los analistas humanos podrían pasar por alto.
Información predictiva: El sistema puede ayudar a predecir acontecimientos futuros basándose en patrones observados, lo que proporciona a las fuerzas ucranianas una ventaja estratégica.
Al proporcionar este nivel de conocimiento, MetaConstellation ha desempeñado un papel crucial en importantes operaciones ucranianas, como la liberación de Kherson.
Podría ser una aplicación que cambiara por completo las reglas del juego en futuras guerras. Además, según las declaraciones corporativas de Palantir, están planeando dar un gran impulso a su división militar y compartir este tipo de sistemas con sus clientes (obviamente, reducidos a aliados del Tío Sam).
Conozca al Saker Scout
En un hecho sin precedentes, los desarrolladores ucranianos han confirmado que sus drones ya realizan ataques autónomos contra las fuerzas rusas sin operadores humanos. Esto marca un hito importante en la guerra, ya que es el primer uso confirmado de esta tecnología en combate. Hace ya algunos meses que oímos hablar de este sistema en las noticias.
Esta maravilla impulsada por IA puede:
Identificar y atacar 64 tipos diferentes de objetivos militares rusos
Operar en zonas con fuertes interferencias de radio
Transportar hasta 3 kilos de explosivos
Recorrer aproximadamente 12 kilómetros
El Saker Scout no trabaja solo. Está integrado con el sistema de inteligencia Delta de Ucrania, creando un mapa completo del campo de batalla mediante la fusión de datos de diversas fuentes. Esta integración permite
Reconocimiento autónomo de zonas
Identificación rápida de posiciones enemigas
Reducción drástica del tiempo de análisis
Capacidad de ataque autónomo
Quizás lo más controvertido sea que el Saker Scout puede realizar ataques totalmente autónomos. Sin embargo, este punto merece una breve explicación. El sistema Saker no es un sistema plug & play en el que el dron decide desde el campo de batalla a qué enemigo atacar. No. La realidad es un poco diferente: debido a las defensas electromagnéticas (jamming), los drones de ambos bandos no pueden acercarse a la línea de frente de sus enemigos sin ser detectados, o sin que sus comunicaciones sean suprimidas debido al jamming. Así que los ucranianos diseñaron una solución muy inteligente. Un piloto humano puede volar hasta la zona donde comienza el bloqueo, e incluso elegir algún lugar del campo enemigo para atacar. Entonces, el soldado puede cambiar el modo de vuelo a autónomo, y el sistema Saker guiará el dron hasta el objetivo que el soldado señaló un minuto antes. De este modo, las interferencias no pueden detener a los drones. Obviamente, los robots no pueden decidir a qué enemigo atacar. El robot aéreo puede volar de forma autónoma menos de 1 km normalmente, y esta táctica se denomina autonomía terminal.
Aunque de momento esta capacidad sólo se ha utilizado a pequeña escala, plantea importantes cuestiones éticas y preocupaciones sobre el futuro de la guerra.
Curiosamente, la empresa Saker no nació de necesidades militares. Fundada en 2021, en un principio se centró en el desarrollo de IA asequible para pequeñas empresas, especialmente en agricultura. Sin embargo, la invasión rusa provocó un rápido giro hacia las aplicaciones militares.
Conclusión
Toda la nueva vigilancia masiva desarrollada para esta guerra está haciendo que muchas armas tradicionales, como los tanques, no se acerquen a menos de 8-10 km del frente, ya que son detectadas inmediatamente: las viejas tácticas de guerra se están quedando obsoletas.
Mientras Ucrania sigue desplegando estos drones dotados de inteligencia artificial, el mundo observa atentamente. El uso de armas autónomas en combate ya no es un escenario hipotético: está ocurriendo ahora. Una cosa es segura: el genio ha salido de la botella. Los sistemas basados en IA como Delta, MetaConstellation y Saker han llegado para quedarse y están cambiando nuestra forma de entender la guerra moderna. Mientras observamos cómo evolucionan estas tecnologías en los campos de batalla de Ucrania, vislumbramos los conflictos venideros, para bien o para mal.
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