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1/5/12

El Nikola Tesla de los monos

Esta entrada participa en la XII edición del Carnaval de Biología, alojado este mes por Blog de Laboratorio.

El Nikola Tesla de los monos está referido a una curiosa historia que ocurrió en una pequeña isla japonesa entre 1952 y 1958. El nombre lo recibe por su origen desconocido. No deja de ser sorprendente, o más bien, escapa a la lógica. Unos investigadores empezaron a echarles a unos monos unas patatas dulces en la playa de la isla de Koshima. Por lo tanto, el alimento terminaba rebozado en arena y los monos no se lo comían

Una hembra de 18 meses, llamada Imo, resolvió el problema lavando las batatas en un arroyo cercano. Después le enseñó el truco a su mamá. Sus compañeros de juego también acabaron aprendieron esta nueva manera y la enseñaron a sus madres. Entre 1952 y 1958 todos los monos jóvenes habían aprendido esta técnica que les permitía lavar las patatas. Sin embargo, la mayoría de la colonia de esos monos seguían rechazando el alimento, o se lo comía de una manera incómoda por estar mezclada con arena.  Por cierto, la especie de los monos era el macaco japonés o Macaca fuscata.

Sin embargo, en el otoño de 1958 un número indeterminado de monos estaban lavando las patatas -supongamos que eran 99- y en ese momento, el mono número 100 adquirió el avance cultural de este lavado.



A partir de ese momento, de una manera que escapa a la lógica, toda la colonia de primates adquirió rápidamente este hábito que les permitió disfrutar de las patatas, e incluso esta actividad cruzó islas para enseñar a otros monos vecinos.

Por si no ha quedado muy clara la explicación, os dejo un vídeo resumen.



Esta historia siempre se emplea como la fuerza que tiene un individuo, en algún momento determinado de un movimiento popular, para que termine por popularizarse. En la Wikipedia lo recogen como el Efecto del Mono Número 100.  La primera vez que se oyó hablar de esta historia fue en el libro de Lawrence Blair (1975), Rhythms of Vision: the changing patterns of belief. Pero la fama de esto llegó en 1984, con el libro escrito por Ken Keyes titulado The Hundreth Monkey.

¿A alguien le ha llamado la atención el hecho de que se conozca una investigación por unos libros de autoayuda? Realmente existió esa investigación?

La fuente primaria de toda la leyenda se encuentra en el artículo que publicó en 1965 Masao Kawai, uno de los zoólogos japoneses que había dirigido el proyecto en Koshima.

Según el informe del Dr. Kawai, la experiencia había comenzado en 1952 con una población de 20 monos. Para 1962, cuando se la dio por terminada, la colonia contaba con 59 simios. Pero según consigna el informe original, solo dos de ellos habían aprendido a lavar patatas durante el año 1958.

En 1984 un filósofo de la Universidad de Hawaii llamado Ron Amundson se propuso entrevistar al Dr. Kawai para averiguar qué había de cierto en la historia de los macacos. Aunque ya habían pasado veinte años, el japonés seguía sumamente molesto con las derivaciones que había tenido su experiencia.

La entrevista no alcanzó a producirse porque Kawai estaba a punto de viajar al África, pero el japonés accedió a contestar un cuestionario escrito que le hizo llegar Amundson, con la condición de que esa sería la manera de dar por terminada la cuestión.

Kawai admitía que lo que había observado no era nada nuevo en materia de propagación pre-cultural y consideraba altamente probable que muchos otros simios hubieran hecho antes o después descubrimientos similares. Pero no dejaba de repetir que en Koshima el fenómeno se había registrado una sola vez. De hecho, Amundson escribió en el Skeptics este artículo. (fuente)

Sobre el artículo de Masai Kawai, podéis buscar Newly acquired precultural behavior of a natural troop of Japanese monkeys on Kishima Islet(1965). Primates 6: 1-30.

Este episodio científico es muy empleado sobre todo en pseudociencias, referido a la fuerza interior del individuo, la persona que puede marcar al resto, el poder de 1, etc. Y si ponéis en Google el mono número 100, estaréis más que servidos.

A pesar de tanta habladuría y pseudociencias, sí que ha habido ejemplos de que alguien ha usado o hecho algo, y todo el mundo ha pasado a copiarle. Pero no se ha tratado por una popularización de ese hábito, sino por el hecho de que si lo usa un líder, el resto pensará que tiene que ser bueno y optan a copiarle. Por ejemplo, ¿no se copia todo lo que hace Adrian Newey en la F1? ¿No estamos esperando a que un gran fabricante apueste por Google TV o Apple TV para ver por qué sistema de TV por Internet apostar? ¿No pretenden los políticos crear confianza en los consumidores predicando ellos con el ejemplo (por ejemplo, este mismo año Esperanza Aguirre en Mercadona)?


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2 comentarios:

  1. Muy buen articulo y gran labor de investigación.

    Había leido la historia de los monos en algun sitio, pero ya intuia que debia ser mentira o al menos exagerado. Me alegro poder confirmarlo.

    Un saludo!

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  2. Gracias por el comentario.

    Ante la duda, lo mejor es consultar otras fuentes. De hecho, yo escuché la historia en la radio y la describían con la manera falsa, que tiene más gancho que la verdadera, parece. El espíritu crítico es muy necesario.

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