Los superfluidos son un tipo de líquidos con unas propiedades asombrosas. Tanto es así, que en 1996 se concedió el Nobel de Física a tres investigadores que trabajaron sobre él. Los premiados fueron David M. Lee, Douglas D. Osheroff y Robert C. Richardson. Como aperitivo de qué se trata este descubrimiento, incluyo este vídeo realizado por la BBC.
El superfluido de helio es una forma del helio que se consigue a -271ºC aproximadamente, y lo increíble a esa temperatura es que el helio pierde su viscosidad. Normalmente la viscosidad de un líquido es cercana a 0, pero no exactamente 0. En el caso del helio sí. La viscosidad es una magnitud muy empleada en la Mecánica de Fluidos, y a un fluido que no la tenga se le llama fluido ideal.
El que no tenga viscosidad, permite al helio traspasar cualquier material, poroso o no, como ocurre en el vídeo en el 1:04. Además, permite trepar por las paredes de los recipientes que lo contienen y derramarse al exterior. Esa propiedad es la misma que permite que la gota de helio del vídeo no se caiga.
En el helio líquido común y corriente, el helio-4, la superfluidez se descubrió hacia los años 30, por el físico ruso Peter Kapitza (que fue galardonado con el Nobel en 1978). La superfluidez del helio-4 se ha convertido en una herramienta común de la ciencia y será usado como el líquido refrigerador en el Large Hadron Collider, el acelerador de partículas entre Francia y Suiza.
En cambio, el premio Nobel de 1996 fue sobre el helio-3, sustancia que ha demostrado ser más difícil de pasar a estado líquido.
Este descubrimiento representa uno de los mayores avances de la Física en los últimos tiempos, y su conocimiento es aplicable a la Mecánica Cuántica.
0 comentarios:
Publicar un comentario