Una de las propiedades de materiales que más éxito ha tenido en los últimos años ha sido el descubrimiento que las propiedades macroscópicas y microscópicas de los materiales pueden diferir. Es el caso del grafeno, merecedor del último Nobel de Física. El grafeno es una propiedad nanotecnológica del carbono.
Otro material que cumple esta propiedad es el llamado Buckypaper, un material que se basa en los nanotubos de carbono (50.000 veces más delgados que un pelo humano). Esta sustancia recibe el título de papel más fuerte del mundo, ya que es tan delgado (o más) como las hojas sobre las que escribimos, pero hasta 500 veces más resistente que el acero. Sin embargo, el Buckypaper no se queda sólo en el récord anecdótico, sino que su ligereza y manejabilidad (se puede doblar) puede ser clave en el futuro de la industria de automoción y aeronáutica. Por si fuera poco, en el siguiente vídeo se puede ver que también tiene buena resistencia eléctrica.
El material fue descubierto en 1985. Al principio se le conocía como buckyball, o formalmente Buckministerfullerine, y le debe su nombre a su creador Richard Buckminster ("Bucky") Fuller (norteamericano). Posteriormente, los científicos Harold Kroto (Univ. de Sussex), Robert Curl Jr y Richard Smalley (Universidad Rice) compartieron en 1996 el premio Nobel de Química a partir de la investigación de este material.
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