Espero que los lectores de este blog hayan tenido unas Felices Fiestas y que aún guarden fuerzas para lo que queda. Como viene siendo habitual en el blog, toca hacer balance de lo que ha sido el año en cuando a lecturas. Normalmente, incluía en esta entrada todo lo que leía, pero este año de nuevo he sido particularmente prolífico, así que me voy a limitar a poner mis mejores lecturas. Para quien quiera curiosear un poco más, en mi perfil de Goodreads puede leer las reseñas del resto de libros que no aparecen aquí.
Disrupción: mi desventura en la burbuja de las startups (Dan Lyons)
Si algo aprendimos viendo la fenomenal ‘Silicon Valley’ de HBO es que la realidad supera a la ficción: muchas de sus tramas entremezclaban parodia con realismo en un grado en el que costaba identificar qué era cada cosa. Cosas de las tecnológicas en San Francisco y alrededores.
El libro ‘Disrupción’ está escrito por su protagonista, Dan Lyons, un periodista de Newsweek que fue despedido y acabó trabajando tres años antes en el departamento de marketing de HubSpot, una startup de marketing que hoy ya vale casi 40.000 millones de dólares. En sus páginas contaba lo que encontró en las paredes de aquella startup en la que la cultura dominante tenía poco que ver con un señor de cincuenta años nuevo en el sector. Y recuerda mucho a las seis temporadas de ‘Silicon Valley’. La cultura de la exageración y de la hipérbole hasta lo absurdo, la innovación como dogma que chafa cualquier otro principio y sobre todo la cultura del trabajo llevada a límites insanos... que acaban haciendo reír por ridículos. Eso sí, con sufrimiento para quien los vive en sus carnes.
'Disrupción' es un libro, sobre todo, entretenido para el entusiasta de la tecnología. No desvela nada demasiado nuevo para la gran mayoría de la gente: el ambiente en las startups es absorbente y tóxico hasta el punto de mentir sobre los empleados que renuncian, haciendo creer que han sido despedidos; o ejerciendo represalias sobre los que no acuden a las actividades fuera del entorno laboral para "hacer equipo".
Un ejemplo aleatorio de esta cultura corporativa ocurre cuando la empresa comunica al autor su intención de despedirle por no confiar en él... y a los pocos días le exige significarse como "comprometido al cien por cien" antes de entregarle la responsabilidad del podcast de la compañía. Por supuesto, Lyons afirmó estarlo, aclarando en estas páginas que no mintió: lo estaba hasta que encontrase algo mejor, entonces no dudaría en huir de la empresa. Una anécdota que bien resume las más de 300 páginas de este título.
Y sobre todo, 'Disrupción' habla del choque de las expectativas con la realidad, de la necesidad de reinventarse cuando hace mucho que las canas asoman, de sentirse fuera de lugar y tener que lidiar con ello porque el entorno ya no deja muchas más opciones, ni siquiera en un mercado laboral tan dinámico como el estadounidense.La década del auge tecnológico malacostumbró a los empleadores, que ven normalizado tener a su disposición Lamborghinis que también tengan ruedas para rodar por el barro. Y lo mejor de todo: Lyons confiesa no saber bien qué hacía en su cargo, no solo al llegar, sino también al salir de la empresa. La mirada a un mundo con el que ya es imposible conectar y comprender por mucho empeño que se ponga. Y la sensación de que la culpa no es suya.
'Disrupción' será disfrutado especialmente por quien, además de estar al tanto del espíritu de Silicon Valley y su evolución durante los años diez, agradece el humor mordaz, las frases de facciones duras, el desahogo de quien está de vuelta de todo pero tiene que pasar por el aro hasta que puede contarlo sin temor a represalias. El poder llamar a las cosas por su nombre, empezando por publicar una foto de inversores multimillonarios posando con sus Google Glass tras invertir en ellas y explicar abiertamente lo que fue de ellas, por mucho que resurgieran de sus cenizas sin demasiado éxito ocho años después. Resulta que el dinero inteligente se equivocó.
Me ha hecho reír, me ha informado, me ha hecho sentirme en la piel del autor... y por todo eso, ójala 6 estrellas.
El mito de la Inteligencia Artificial: Por qué las máquinas no pueden pensar como nosotros lo hacemos (Erik Larson)
Cuando cerré este libro, terminé con un subidón enorme y con la sensación de haber leído una de las mejores obras científicas que han caído en mis manos. Creo que esta obra sí que es una obra de lectura y no un libro de consulta, pero nos exige una lectura lenta, paladeando bien todos los conceptos y echando atrás y adelante en varias ocasiones para entender bien todo lo que nos quiere decir.
El libro se estructura en capítulos muy técnicos. Una primera parte es casi matemática, sin fórmulas, pero sí con hipótesis que marcaron el rumbo de la investigación sobre inteligencia artificial. Por ello, estos capítulos se dedican a explicar de qué hipótesis de partida comenzó Alan Turing, su influencia de David Hilbert y su determinismo, y cómo Gödel vino a cambiarlo todo. También analiza diferentes enfoques y razonamientos sobre el test de Turing, y me ha dado a conocer otros, como el test de Winograd, o el test de monólogos.
Posteriormente, el autor se sumerge con gran detalle en tres modos de extraer información del entorno a partir del conocimiento: la deducción, la inducción y la abducción. Hay que hilar muy fino para establecer la diferencia entre estos modos, ya que es muy corriente que los mezclemos en el habla popular. Sin embargo, uno de los grandes personajes - y bastante olvidados- que estableció estas bases fue Charles Pierce.
Por último, a partir de las explicaciones de esos tres modos, el libro dedica una extensa conclusión a defender que la IA no puede llegar a pensar como nosotros lo hacemos, porque no es capaz de tener un sentido común, ya que tampoco en la naturaleza hemos logrado parametrizar cómo se consigue este conocimiento.
El libro menciona mucho a otros grandes autores de la inteligencia artificial, como Gary Marcus, o Hector Levesque y su Machines like Us: Toward AI with Common Sense, que intenta parametrizar cómo sería computacionalmente la búsqueda del sentido común.
No es un libro sencillo, ni quizás sea el más adecuado a leer para alguien sin conocimientos previos sobre estos conceptos. La obra, en mi opinión, es sublime, pero para alguien menos iniciado en la IA, le recomiendo el excelente libro Inteligencia artificial: Guía para seres pensantes, de Melanie Mitchell.
Falsa alarma: Por qué el pánico ante el cambio climático no salvará el planeta (Bjørn Lomborg)
Este libro debería ser de obligada lectura para todo aquél interesado en el cambio climático. No pone en duda en ningún momento este fenómeno planetario, pero sí que pone el dedo en la llaga sobre los titulares que llegan a los periódicos, y la necesidad de ser críticos con ellos y leer la letra pequeña. Por ejemplo, un titular muy habitual de nuestros días puede ser "investigadores demuestran que en 100 años, el agua cubrirá Holanda". Sin embargo, si nos dirigimos a la fuente del estudio del que se extrae este titular, la hipótesis es que ocurrirá esto "si no se hace nada". O también es curioso cómo The Guardian en su libro de estilo obligó a cambiar la manera de referirse al cambio climático, como "emergencia climática"
El libro es una crítica al alarmismo que están generando los medios de comunicación, y cómo los políticos están implementando medidas regulatorias, que en opinión del autor, van en detrimento o apenas palían el problema climático. Entre ellas, está el despliegue masivo de las energías renovables como método de reducción del CO2.
La obra está llena de referencias, de gráficas sencillas, todo se entiende perfectamente y está correctamente referenciado a los estudios científicos correspondientes. Y no solo eso, también el autor analiza los pactos por el Clima alcanzados en los últimos años, y cómo son esencialmente una herramienta sencilla para que los políticos puedan blanquear sus responsabilidades ante los ciudadanos.
Por supuesto, el autor también se moja y da otras posibles estrategias que apuntan a que podrían tener más éxito en la reducción del aumento de temperatura, y cómo también el problema climático es un problema económico.
Un libro para leer y releer. Lo tengo lleno de post-its.
El maestro Juan Martínez que estaba allí (Manuel Chaves Nogales)
El autor de esta obra, Chaves Nogales es sobre todo, periodista e hijo de periodista, y sus libros rezuman crónicas periodísticas noveladas de gran originalidad y maestría. Ha sido un autor olvidado en España por el guerracivilismo, pero poco a poco se le está rescatando como un gran autor.
El maestro Juan Martínez que estaba allí es un libro de 320 páginas y no es una novela histórica al uso, más bien son crónicas noveladas. Su protagonista es el bailaor Juan Martínez, que era de Valladolid, existió realmente, y en Francia contó a Chaves Nogales sus peripecias. A continuación, éste las plasmó en la presente obra, que transmite las crónicas en directo de la revolución soviética.
A los protagonistas Juan Martínez y su mujer Sole, la política les trae al pairo, por ello no hacen críticas morales o políticas, sencillamente describe la Revolución bolchevique de octubre de 1917 y la guerra civil. Hechos que viven desde Kiev, Moscú, San Petersburgo, Gómel, Minsk, u Odesa. Trata de ser independiente, imparcial, aunque se aprecia con nitidez que le desagradan los bolcheviques.
El escenario principal de la acción ocurre en Moscú y en Kiev principalmente. En ellos, se describe cómo eran aquellos días de revuelo, violencia, desorientación y pillaje propias de las épocas de guerra. Personalmente, me han impactado algunos episodios de estos meses, a fin de cuenta esta obra es un libro a caballo entre el disfrute y el aprendizaje de una época a través de las voces y descripciones de los protagonistas y lo que se encontraban.
Las cosas que Martínez cuenta, porque las vio, fueron puestas en entredicho por muchos miles de hombres, que se negaron a admitir el fracaso de aquella revolución. (...) He aquí toda la fuerza de este libro que se deja leer como un reportaje admirable. Y aunque dijéramos que se lee como una novela, conviene recordar que es sobre todo como una novela como no deberíamos leerlo.
Cómo morimos: Reflexiones sobre el último capítulo de la vida (Sherwin B. Nuland)
Todos queremos saber cómo es la muerte, aunque pocos estén dispuestos a admitirlo.
No sé ni cómo empezar la reseña de este libro. Me ha superado. Sherwin Nuland contó que «lo que importa no es cómo morimos, sino cómo hemos vivido». La sacudida vida de Nuland salvó a muchas en el quirófano, enseñó a otras en sus clases universitarias e inspiró más a través de su bibliografía.
Rara vez he visto mucha dignidad en el proceso de morir.
Con esta obra, ganó el National Book Award y fue finalista de un premio Pulitzer. Con él empezó una interesante carrera literaria que le hizo abandonar la medicina para siempre.
Nuland te coge por el cuello, te sienta en una silla, y comienza a hablar de la fisiología de la muerte, de cómo fallan los órganos, de qué sienten los pacientes, de cuál es el rincón del corazón al que le ha tocado ser el eslabón más débil de la cadena. Y eso lo hace con diferentes formas de morir, una por capítulo: infarto, alzheimer, suicidio, la vejez, el SIDA, la demencia...
El doctor no escatima en detalles y describe cual maestro para material de examen todos los apuntes necesarios para que nos acordemos en el examen de nuestras últimas horas. O en el examen de alguien allegado a nosotros. No es un libro para hipocondríacos. Parece que puedan fallar tantas cosas, que lo milagroso sea estar vivo.
Pero al mismo tiempo, Nuland habla sobre experiencias personales, cómo afrontan los médicos la muerte, episodios donde el familiar al que hubo que asesorar sobre el mejor tratamiento en sus últimos meses, fue el suyo. ¿Qué es mejor: resolver el enigma de la muerte, saber exactamente qué está fallando en el paciente e intentar alargarle un poco la vida, sin conocer a ciencia cierta el coste, o recomendarle que no merece la pena luchar?
La puerta se abrió y Dave entró precipitadamente en la habitación. Con una mirada captó toda la escena y la comprendió. Mis hombros se estremecían y mi llanto era ya descontrolado. Bordeando la cama se dirigió a donde yo estaba y, entonces, como si fuésemos actores de una vieja película de la Segunda Guerra Mundial, me pasó el brazo por el hombro y me dijo muy suavemente: «Está bien, muchacho, está bien. Has hecho todo lo que has podido.»
Es una obra didáctica, cruda, de terror, a veces emociona, a menudo reflexiona sobre la esencia de lo humano, y en definitiva, esta obra no va de la muerte, sino de la vida.
En un libro titulado Merchant and Fnar, el historiador del siglo XIX Sir A. Palgrave escribía: «En la primera pulsación, cuando las fibras se estremecen y los órganos cobran vida, está el germen de la muerte. Antes de que nuestros miembros cobren forma, está cavada la estrecha tumba en la que serán sepultados». Empezamos a morir con el primer acto de vida.
Incógnito (David Eagleman)
Un ensayo alejado de las ínfulas científicas que suelen regir este tipo de estudios. Un libro de esos a los que me suelo referir como «libro de mesita de noche», pues resultará necesario acudir a él en cualquier momento, para revisitar algún párrafo o capítulo concreto.
Para los que no solemos leer este tipo de literatura, os aseguro que marcará un punto de inflexión en vuestra forma de entender el mundo. No hay nada más apasionante que viajar hacia las profundidades del ser humano.
Los datos que Eagleman vierte en las páginas de Incógnito resultan tan impresionantes como didácticos. Un intento de aproximación a los misterios que encierra la mente y nuestro comportamiento cotidiano, el cual, parece responder más a criterios inconscientes que a nuestra propia voluntad.
La mayor parte de las decisiones que tomamos en el día a día las realiza una especie de ente misterioso que nos habita, por lo que el mérito no recae en nosotros, entendidos como sujetos conscientes, sino en una explosión de conexiones que van más allá de nuestra razón y nuestra capacidad de decisión. David Eagleman es uno de esos investigadores que niega el libre albedrío, sino que nuestras acciones son el fruto neuroquímico de nuestro cerebro.
Cuenta David Eagleman que las conexiones realizadas en tan solo centímetro cúbico de nuestro cerebro superan los granos de arena que podemos contar en una playa o las estrellas que cuelgan en nuestro sistema solar.
La consciencia es como un diminuto polizón en un transatlántico, que se lleva los laureles del viaje sin reconocer la inmensa obra de ingeniería que hay debajo.
Una vez superado el impacto inicial que la lectura provoca en el profano, Incógnito: las vidas secretas del cerebro se sumerge en los recónditos escondrijos de nuestra mente, en los rincones más oscuros.
Además, David Eagleman plantea un curioso estudio que se mueve entre el derecho y la responsabilidad del ser humano en determinados sucesos atroces. Todos conocemos el caso de esa persona que se subió a un campanario y decidió disparar sobre los peatones que circulaban por una céntrica plaza de Estados Unidos. Al parecer su comportamiento fue errático, eligiendo sus víctimas de forma aleatoria, por el simple azar. La policía logró abatir al asesino. Tras realizarle una autopsia encontraron un tumor cerebral del tamaño de una moneda de cinco céntimos.
Otro caso similar: una persona que una noche se despertó y sin más, asesinó a su mujer y a su suegra. Otro tumor. O un paciente que acudía a la pornografía infantil de forma repentina hasta que le lograron extirpar un bulto en su cabeza. Lo curioso es que cuando esa enfermedad se le volvió a reproducir, volvió a realizar actos horribles relacionados con la pedofilia.
¿Hasta qué punto es responsable de estos actos deleznables la persona en cuestión? Parece demostrado que estas personas actuaron por impulsos químicos provocados por fallos severos en su cerebro. ¿Debería cambiar el derecho penal de nuestra sociedad?
Nos creemos responsables de todas las acciones y pequeñas decisiones que tomamos en nuestro día a día. Quizás, solo quizás, no lo seamos en tanta medida como creíamos. En esta sociedad esclavizada por la inmediatez, el ser humano se ve empujado a grandes dilemas morales y a asumir responsabilidades de las que nos sentimos responsables, creando una sensación extraña que nos abruma y nos arrastra a la desolación.
Un libro científico, pero tremendamente humano, curioso y de prosa rápida.
Diario de una soledad (May Sarton)
Este diario de May Sarton transcurre como un tranquilo río que va mostrando sus lodos, sus piedras del fondo, sus mareas y sus cambios de luz conforme el tiempo pasa y las horas pasan. Desde el principio se hace necesario tomarlo como lo que es: una memoria íntima y activa, una muestra de escritura luminosa y una efervescente mirada a su alrededor. El oficio de escritora de May Sarton está aquí al servicio de la verdad y por eso es tan fácil y tan delicado sumirse en el interior de lo que va narrando, con tanto detalle, despacio, abiertamente.
«Empiezo aquí. Está lloviendo”. Estas son sus palabras iniciales. Con sencillez observa lo que ocurre desde su ventana y ese primer párrafo es revelador. Pues no hay nada que sea «vida real» más allá de ese tiempo de intimidad absoluta en su propia casa, cuando el ruido cesa y la gente no está. «Ni los amigos, ni siquiera los amores apasionados, son mi vida real».
“No me despojéis de mi edad. Me la he ganado”. El libro tiene un aire melancólico, casi triste, apesadumbrado, evidente. No es solo su título, tan descriptivo, ni su intención, encontrar algo que le devuelva el entusiasmo perdido, sino también el devenir de sus páginas, con relatos sencillos pero profundos en los que cada día tiene un tono diferente, aunque todos los días parecen mostrarse como una pérdida que se va acumulando.
De sus palabras se desprende una difícil dicotomía entre la vida de relaciones sociales y esos momentos de soledad que transcurren en su casa, el centro de un mundo que es propio y que no parece contaminado por el exterior. Es ella misma cuando contempla las flores que la rodean, analiza sus colores, su olor y su forma; cuando vuelve hacia dentro la mirada para hallarse, en una búsqueda permanente que puede encontrarse también en otros textos con carácter autobiográfico. La escritura es un talismán, una puerta abierta a la comprensión y una manera de sortear los peligros del mundo.
He estado pensando que, por muy terribles tormentas que nos sacudan, si el armazón de nuestra vida es lo bastante estable y fructífero, nos ayudará a resistir sus devastadoras secuelas
La vida nos viene en pequeños racimos: un racimo de soledad, y luego otro racimo que apenas nos deja tiempo para respirar
¿Por qué me resulta tan terrible implicarme en la venta de mis libros? ¿Cómo puede una escritora de mi generación sobrevivir a esa enorme maquinaria?
Este es un libro para leerlo despacio, para leerlo poco a poco, para subrayarlo, para anotar sus frases. Acompaña y muestra, sin ánimo de moraleja pero con sinceridad, una parte de vida que puede resultar reconocible y, sobre todo, tierna, anhelante, invencible en su pequeñez. Lo he disfrutado muchísimo.
El problema de Bill Gates (Tim Schwab)
En los últimos suspiros de 2024 me crucé con esta obra, y cuando ya pensaba que ningún libro me gustaría tanto como lo que ya había leído en esta vuelta al Sol, ¡zas! Va, y El problema de Bill Gates me pone la cabeza del revés y no he parado de recomendárselo a varios amigos.
Tim Schwab es un periodista de investigación y parte de la premisa de desmontar ese halo de bondad y caridad que parece desprender Bill Gates tras aparecer en las noticias únicamente para anunciar que ha donado cientos de millones de dólares a alguna causa benéfica en el Tercer Mundo, normalmente relacionada con educación, vacunas o erradicación de enfermedades.
Sin embargo, el autor de este libro, a través de varios capítulos, describe el siniestro funcionamiento de la Fundación Bill y Melinda Gates, y desmonta su faceta benéfica a través de cientos de entrevistas y documentos públicos. Cada capítulo está dedicado a un área diferente de las actividades de la Fundación: fiscalidad a la que está sometida y oscurantismo que eso le facilita; área de educación; área de fabricación de vacunas; lobby farmacéutico; lobby agroalimentario...
A pesar del gran número de páginas de esta obra, se lee muy fácil, y a lo largo de cada capítulo se argumenta cuál parece la razón de ser principal de la Fundación Bill Gates y qué persigue. Desde establecer un relato entre las autoridades, hasta hundir competencia farmacéutica de las principales empresas, perpetuar la propiedad intelectual de las vacunas, o allanar el camino a su empresa Microsoft en un país.
Cualquier reseña que haga no hace justicia a este libro, por la cantidad de información que hay, el Imperio del Mal que se dibuja, y la constante permisividad de las autoridades por que existan estos supermillonarios que marcan la agenda pública de las naciones y organismos internacionales.
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