Quedan lejos en la memoria los días sobre los que vengo a hablar en el post de hoy. El presidente Barack Obama acababa de llegar a la Casa Blanca tras vencer a un debilitado George Bush en las urnas.
En aquellos días, la amenaza más importante en los titulares de los medios de comunicación no era la ultraderecha, ni el cambio climático, ni siquiera la sequía. Todo el mundo hablaba del terrorismo, de Al Qaeda y del estado islámico. Es más, el presidente de EEUU dirigía personalmente la "lista secreta de asesinatos" (lista negra) (una tabla actualizada regularmente que muestra a los terroristas más buscados del mundo), y era él mismo el decisor final en el debate de matar o capturar, según una serie de artículos que publicó NYTimes en aquél entonces. El modo de matar era el empleo de drones equipados con misiles Hellfire.
El New York Times dijo que entrevistó a tres docenas de asesores actuales y anteriores de Obama para el artículo, quienes describieron su "evolución desde que asumió el papel, sin precedentes en la historia presidencial, de supervisar personalmente la guerra en la sombra con Al Qaeda":
Apenas unos días después de asumir el cargo, el presidente se enteró de que el primer ataque bajo su administración había matado a varios paquistaníes inocentes. En respuesta a su preocupación, la C.I.A. redujo el tamaño de sus municiones para ataques más precisos. Además, el presidente endureció los estándares: si la CIA no tenía una "casi certeza" de que un ataque resultaría en cero muertes de civiles, Obama quería decidir personalmente si seguir adelante.
Sin embargo, el mandatario empleó un truco totalmente cruento para limitar las muertes de los civiles en los ataques con aviones no tripulados. Según el Times, la Casa Blanca consideraba a "todos los hombres en edad militar en una zona de ataque como combatientes... a menos que haya inteligencia explícita que demuestre póstumamente su inocencia".
La participación personal de Obama en las operaciones antiterroristas se puede ver en su estudio de la "lista de asesinatos" similar a una "cromo de béisbol". Por ejemplo, en enero de 2010, cuatro meses antes de ordenar la operación que mató a Osama bin Laden, el presidente Obama cuestionó la edad de algunos de los sospechosos de Al Qaeda en ella.
A las reuniones donde se decidían los destinos inmediatos de esta lista-negra, se les llamó internamente terror Tuesdays, o martes del terror.
Hoy, publico este post un martes. En plena guerra de Ucrania y la reactivación de conflictos en muchas partes del globo, vuelven a sonar ecos sobre si el presidente Biden empleará de nuevo esta mezquina táctica.
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