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17/5/22

El mito de que faltan trabajadores

En el s. XIV, la peste redujo la población a la mitad. Y de paso también, el número de trabajadores. Entonces, los poderosos pidieron ayuda para mantener sus privilegios y compensar el auge de salarios de mano de obra. Y crearon una campaña de propaganda. ¿Os suena de algo?

En aquellos años, había una gran cantidad de trabajadores no-libres, que cultivaban las tierras del señor, a cambio de su protección. Los salarios eran simbólicos. Pero la epidemia se echó encima. Al recortarse el número de trabajadores, subieron los salarios. Además, había mucha menos población, y eso implicaba que el alquiler de las tierras estaba en caída libre. Los señores feudales se las veían y deseaban para seguir obteniendo rentabilidad de sus propiedades. Entonces, pidieron ayuda al Rey.

El monarca Eduardo III decretó una ley (Estatuto de los Trabajadores) por la que los trabajadores no podían exigir salarios más altos que los prepandémicos. También obligó a todo aquel menor de 60 años a trabajar.

Pero la ambición es infinita, y se ve que los condes y marqueses no estaban aún contentos, que el siguiente rey, Ricardo II, subió los impuestos. Eso ya fue demasiado, y explotó una gran protesta social: la Revolución de los Campesinos (1381).



Su líder, Wat Tyler, es un gran olvidado en los libros de historia. Logró reunir a decenas de miles de personas que abrieron cárceles y sembraron el caos en la capital. Finalmente, Tyler tuvo audiencia con el rey. Los campesinos reclamaron el fin de la subida de impuestos y la abolición de las nuevas leyes laborales. El rey aceptó, pero a cambio, pidió que los campesinos traidores se entregaran. Y eso fue demasiado.


La Revolución entonces se volvió más violenta, asesinando a varios miembros de la Familia Real. En la siguiente reunión, Tyler pidió el fin de todos los títulos nobiliarios, excepto el del rey, y la redistribución de todas las tierras de la Iglesia. La revuelta fue finalmente aplastada por el obispo de Norwich. Esta movilización social duró menos de un mes. Fue un fracaso en objetivos, pero un total éxito en la conciencia social.



Hoy, medios poco sospechosos de ser comunistas, como Forbes, o Salon, hablan del cuento de hadas de la escasez de trabajadores. Incluso el mismo jefe de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha declarado que no cree que exista ese fenómeno, ya que de lo contrario, existiría una subida de salarios, que él, ni ningún organismo económico, percibe.


Probablemente, lo que ocurra no es que haya escasez de mano de obra. Sino escasez de buenos empleos. No hay trabajadores esclavos, como tampoco hay Ferraris por 1000€.


Hay muchísima bibliografía científica respecto a este tema (Harvard, Wharton), que continuamente ha desmitificado la escasez de mano de obra. Incluso Forbes pide que dejemos de hacer caso a la pataleta infantil de los EEUU.

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