El pasado 16 de marzo, absolvieron en EEUU al agente de policía Eric Stallman. Se le juzgaba por la muerte de Adam Toledo (13 años). ¿Qué pasó aquella noche? Acompañadme en esta historia de (mala) tecnología y la policía.
La base de esta historia es Shotspotter, una tecnología de una empresa que están instalando numerosas ciudades de EEUU. ¿En qué consiste? En la automatización y predicción de los crímenes. De nuevo, la policía en manos de manos privadas. Cómo no, con inteligencia artificial. ShotSpotter distribuye entre 20-25 micrófonos por milla cuadrada en las ciudades en las que se instala. Trata de identificar sonidos de disparos, y envía a la policía a esa posición. Todo esto tiene cuatro problemas:
1) Estos aparatos están instalados principalmente en barrios de ingresos bajos y población negra y latina. De esta manera, cada vez la policía acude más veces a estos barrios, y retroalimenta el sistema.
La policía encontró a dos jóvenes. Nada más ver a la policía, se pusieron nerviosos y empezaron a huir. Ruben Roman (21 años) fue placado por Eric Stallman. Iba desarmado. La agente Corina Gallegos le retendrá, y mientras, Stallman, emprende la persecución del segundo sospechoso.Police involved shooting following a Shot Spotter alert in the 2400 blk of S. Sawyer @ChicagoCAPS10. Firearm recovered on scene. #ChicagoPolice pic.twitter.com/yrx1FgD2UC
— Tom Ahern (@TomAhernCPD) March 29, 2021
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