El pasado 16 de marzo, absolvieron en EEUU al agente de policía Eric Stallman. Se le juzgaba por la muerte de Adam Toledo (13 años). ¿Qué pasó aquella noche? Acompañadme en esta historia de (mala) tecnología y la policía.
La base de esta historia es Shotspotter, una tecnología de una empresa que están instalando numerosas ciudades de EEUU. ¿En qué consiste? En la automatización y predicción de los crímenes. De nuevo, la policía en manos de manos privadas. Cómo no, con inteligencia artificial. ShotSpotter distribuye entre 20-25 micrófonos por milla cuadrada en las ciudades en las que se instala. Trata de identificar sonidos de disparos, y envía a la policía a esa posición. Todo esto tiene cuatro problemas:
1) Estos aparatos están instalados principalmente en barrios de ingresos bajos y población negra y latina. De esta manera, cada vez la policía acude más veces a estos barrios, y retroalimenta el sistema.
2) Shotspotter se emplea como pruebas en procesos judiciales, pero nadie ha supervisado esa tecnología, ni la empresa ha declarado públicamente cómo reconocen los sonidos de disparos.
4) Algunas ciudades ya han dejado de emplear este sistema por el alto número de falsos positivos. Al principio, se identificó que un 88,7% de las visitas policiales, no tenían ningún arma involucrada y el software se confundía con los orígenes del ruido.
Aquella noche de los actos, la radio de la policía de Chicago envió a más de una veintena de agentes al número 2400 de South Sawyer Avenue. El sistema de micrófonos ha denunciado disparos de 8 armas distintas.
La policía encontró a dos jóvenes. Nada más ver a la policía, se pusieron nerviosos y empezaron a huir. Ruben Roman (21 años) fue placado por Eric Stallman. Iba desarmado. La agente Corina Gallegos le retendrá, y mientras, Stallman, emprende la persecución del segundo sospechoso.
2.38 de la madrugada. Al final, el policía Eric Stallman acorrala a Adam Toledo. Éste, está contra una verja. El policía le grita que se gire lentamente y le enseñe sus manos. El joven, empieza volverse hacia el agente. Muy despacio. Todo está siendo grabado por diferentes cámaras que hay en la zona. Hace unos instantes, una de ellas le ha visto a Adam tirar un objeto detrás de una valla.
En 15 segundos eternos, muy lentamente, el adolescente se gira, se vuelve hacia el policía. No parece armado, no tiene nada en las manos, ni parece que tenga una actitud agresiva.
Pero...
Un tiro.
El policía ha disparado a bocajarro a Adam Toledo, sin opción a que terminase de tirar el arma. Adam Toledo muere.
De nuevo, otro episodio negro de discriminación, tecnología mal diseñada, y vigilancia policial.
REFERENCIAS