Este mes ha sido particularmente intenso. A lo tonto, ya han pasado casi 60 días de 2021, y todavía estamos hablando de 2020. Además, a ello contribuye mi apretada agenda de este mes, y otros ladrones de tiempo que deliberadamente elijo, para poder sobrellevar estos tiempos tan oscuros. A continuación, algunos de los textos más interesantes que he leído durante febrero 2021.
¿Tienen los riders derecho a conocer el algoritmo? Esas fórmulas matemáticas vigiladas por leyes internacionales de propiedad intelectual, y que asignan tareas y destinos a los riders. El reglamento europeo RGPD indica que tenemos derecho como ciudadanos a conocer los criterios y funcionamiento de cualquier algoritmo de decisión automática. ¿Pero tiene cabida en este sector económico? Por cierto, ya que el Pisuerga pasa por Valladolid, me pareció muy interesante los orígenes e historia primitiva del reparto de comida, visto en la revista Time. Al igual que ahora nos alarmamos y sorprendemos con los drones repartiendo pizzas, estoy seguro que los ciudadanos de los albores del siglo XX también lo hicieron con las motocicletas que repartían comida.
Si algo nos tuvo al Débil Punto Azul del Espacio pegado al televisor, fue el amartizaje de la nave Perseverance. Entre todas sus novedades, transporta al robot Ingenuity. Un dron, que lleva piezas con las que prácticamente podríamos construirnos nosotros nuestro propio robot.
¿Sabíais que los policías de Los Ángeles reproducen música con copyright con sus móviles, cuando son grabados por otros ciudadanos? Así YouTube no permite colgar ese vídeo en su red, ya que infringe derechos de propiedad de esa música. Un paso más allá del scifi. Esta historia también la contaron en el podcast Post Apocalipsis Nau, en el día de la Mujer Científica. Dos chicas relatan los abusos, relaciones de poder desiguales, malos tratos y otras vergüenzas que aguantan las mujeres en este idealizado mundo.
Este mes ha comenzado ha instalarse un robot social en pisos de personas mayores que viven solas en Barcelona. El robot se llama Mysty, y es un programa piloto del Ayuntamiento para comprobar la efectividad, evolución de la calidad de vida, impacto emocional, y otros aspectos de este robot. Me parece muy importante. Ya está bien de hablar de tecnología y sus bendiciones, sin tener pruebas de ningún tipo y sin saber si funciona o no.
Un activista digital detiene la implantación en RENFE de cámaras de reconocimiento facial para la identificación de etnias, sexo o vestimenta.
Por último, la batalla se acerca. El dominio de la publicidad digital de Google y Facebook está tan consolidado que ya no hay dudas sobre la necesidad de regulaciones a medida. Las compañías por su parte han aceptado que ha llegado el momento de pagar, después de muchos años usando las noticias como vía para extraer datos sobre los intereses de sus usuarios con los que rellenar sus perfiles publicitarios. Con todo esto, la batalla entre países y Big Tech se juega ahora en Australia.