Starfish es un robot parecido a una estrella de mar que ha sido desarrollado en la Universidad de Cornell (EEUU). No se trata de un robot de movimientos mecánicos especialmente difíciles, pero este robot tiene implantado un cerebro artificial, de manera que aprende a andar por sí mismo!
Es decir, el robot es capaz de realizar una imagen "mental" de sí mismo, como se ve en el vídeo a partir de 1:15, y a partir de ahí, corrige y depura su manera de andar.
Implantar inteligencia artificial a los robots es una de las líneas de investigación que se está siguiendo en los entornos universitarios. Ya hice un post aquí.
¿Qué ventajas tiene que un robot aprenda a andar? Sobre todo, en que se vuelva adaptable. Es decir, si el robot sufriera una avería en una pata, se adaptaría automáticamente a una manera de andar con 3 patas. No necesitaría un mantenimiento del hombre inmediato. Por eso, debido a esa independencia, se piensan en estos robots para misiones de exploración subacuática o espaciales.
Además, podría ayudar a comprender el comportamiento animal o el humano.
Los primeros pasos en este campo se realizaron en el MIT en 2005, podéis ver la noticia aquí. Se trataba de un robot llamado Toddler, que aprendía a caminar de manera simple, y era capaz de variar el centro de gravedad del cuerpo basándose en el terreno que pisaba.
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