Ayer saltó la noticia de que el estado de California retiraba la licencia a una empresa de taxis sin conductor después de que uno de sus vehículos no detectara que tenía una persona atropellada bajo él. Se trata de la empresa Cruise, propiedad de General Motors, y una de las que más avanzadas estaban en la carrera por dominar la conducción autónoma. En palabras de Carlos del Castillo, periodista de ElDiario.es:
"Son las nueve y media de la noche en San Francisco. Con su semáforo en rojo, una transeúnte cruza un paso de cebra en una de las zonas de más actividad de la ciudad, resultando atropellada por un conductor que se da a la fuga. El impacto hace que la víctima salga despedida al carril adyacente, por donde circula un vehículo de Cruise, uno de los dos servicios de taxis sin conductor activos en San Francisco. El coche autónomo frena en seco pero no consigue evitarla, pasándole por encima. Según recoge el informe de las autoridades, el robotaxi intenta entonces hacer una “maniobra de giro mientras el peatón estaba debajo del vehículo”, arrastrando bajo él a la mujer unos seis metros.".
El accidente y posterior actuación del vehículo de Cruise han provocado la inmediata suspensión de las 400 licencias que la compañía tenía para operar taxis sin conductor en San Francisco. Las autoridades de transporte de California acusan a la empresa (propiedad de General Motors y en la que también han invertido Honda o Microsoft) de haber “falseado información relacionada con la seguridad de la tecnología autónoma de sus vehículos” y ocultar el vídeo del accidente.
El verano ha sido particularmente intenso en las noticias de estos vehículos, particularmente para Waymo (propiedad de Google) y Cruise. En una evolución de noticias con ritmo de montaña rusa, el 11 de agosto de 2023, ambas empresas obtuvieron la aprobación de la Comisión de Servicios Públicos de California, con lo que pudieron comenzar a ofrecer servicios de taxi 24 horas al día, los 7 días a la semana, y cobrando (hasta entonces, su actividad estaba restringida a unos horarios de poca densidad de tráfico). Cruise y Waymo ya prestaban servicios de transporte de pago sin conductor en el área metropolitana de Phoenix, donde el gobierno del estado de Arizona optó por no regular la tecnología de los vehículos autónomos. Pero el clima estable de California, sus ciudades densamente pobladas, su excedente de talento tecnológico y su normativa sobre este tipo de autos, la hacían un reto comercial muy goloso. La concesión de esta licencia no recibió la aprobación de muchos de los ciudadanos de San Francisco, que ya estaban un poco hartos de las robotaxis, incluso en su horario limitado.
Poco les duró la alegría, y es que unos días más tarde, el 19 de agosto de 2023, las autoridades californianas redujeron a la mitad de flota de vehículos Cruise, tras unos incidentes que habían ocurrido la noche anterior del 17 de ese mes: un taxi se empotró contra un camión de bomberos que acudía en una emergencia, y en otro incidente unas horas más tarde, fue un coche "normal", pilotado por un humano, el que se saltó un semáforo y arrolló a uno de estos robotaxis. En total, Cruise pasó de unos 300 vehículos que tenía circulando en la ciudad a la mitad.
Desde que que se concedió las licencias a las empresas de General Motors como a la de Google, distintos han sido las noticias que se han hecho virales sobre estos vehículos. Probablemente en parte por el hartazgo de la población, por la risa, por la falta de noticias en verano, y por hacer leña del árbol caído. Estas noticias fueron la de diez vehículos Cruise que dejaron de funcionar y provocaron un atascazo (según la compañía, debido a problemas de conectividad), y la de un robot de la misma compañía se quedó atascado en cemento fresco que había en una zona de obras del asfalto.
Todo esto da para reflexionar mucho en mi oficio, pero será en un siguiente post que quiero redactar para expresar mi opinión al respecto.