Esta mañana, el tráfico en el norte de España ha sido una pesadilla debido a la nieve. Coches que se quedan atascados, que no frenan, se chocan, no mantienen el carril, y más incidentes que cualquier conductor que haya vivido una de estas jornadas conocerá. Y a mí me sirve para recordar que un día como hoy, un coche autónomo sería totalmente inútil con la tecnología de la actualidad. Y no lo digo solo yo. Pasaré a explicarlo con los siguientes ejemplos:
En primer lugar, el coche tiene que ver a través de sus sensores (radar, LIDAR, ultrasonidos, cámaras, etc), y hoy las rayas del asfalto son indistinguibles. Tampoco me parece la mejor idea que el coche se guíe por carriles que tenga almacenados en la memoria, ya que hoy no es el día para ir por ningún carril concreto, sino por el camino que despejen las máquinas quitanieves. Puede ser un intermedio entre los dos carriles, o uno de los que ya existen en la vía. Pero desde luego, no me imagino la funcionalidad de uno de estos sistemas en condiciones muy adversas como nieve y niebla (por ejemplo, en una estación de esquí) donde hay que jugar mucho con la intuición, percepción de sonidos, ver otras luces reflejadas en la niebla, etc.
La manera en la que hay que conducir es muy humana. Hay que acelerar lentamente, circular en marchas largas aunque no sea la velocidad adecuada para ellas, no hacer giros bruscos, etc, y ahora mismo, ese conocimiento de los conductores humanos también me parece que está muy por encima de las reglas que sigue el coche autónomo para circular.
Y sobre todo, todavía no me imagino a ninguna de estas máquinas integrarse en el ecosistema del tráfico. Los lectores lo van a entender de una manera muy sencilla: si estamos conduciendo por una autopista de tres carriles, en el de la derecha, y vemos que en carril de incorporación que hay más adelante está accediendo un camión, aunque todavía no haya llegado a la autopista, ¿cuál es vuestra tendencia natural? El conductor educado, si puede, se echa al carril central, ya que el Código de Circulación indica que hay que facilitar las incorporaciones de los otros vehículos en la medida de lo posible. Pero no tengo claro cómo se aplica esto a las reglas de conducción que tiene almacenadas en el vehículo sin conductor.
Existen multitud de momentos que un conductor experimentado sabe predecir, como por ejemplo, un coche cuándo va a intentar colarse delante de nosotros desde el carril izquierdo o el derecho. Ya puede haber puesto el intermitente como que no, que todos los días, en todos los rincones del planeta, alguien se nos intenta colar delante. Esa detección de situaciones no obedece a ninguna señal de tráfico ni señal luminosa, sino que responde a un patrón de conducción en la región donde habitual conducimos, y que podemos predecir con un gran índice de acierto. Si somos unos conductores que preferimos evitarnos problemas, sabremos predecir cuándo un vehículo se nos quiere colar, y frenaremos lo justo como para dejarle un espacio suficientemente amplio para que haga la maniobra sin que nos ponga en riesgo a nosotros. Repito, los humanos experimentados saben predecir esto incluso sin el uso de intermitentes. Estas maniobras pueden ocurrir por que los conductores más avispados agotan el carril izquierdo adelantando hasta que no tienen más remedio que meterse rápidamente en el carril derecho para seguir por su camino, pese a quien le pese. O también cuando alguien que no conoce las carreteras, se da cuenta en el último momento que la bifurcación que iba a coger no era la correcta. ¿Qué puede hacer el coche autónomo en ese momento? Lo que tenga programado en su cerebro electrónico.
O cuando estamos en una atasco, o en una situación de detención, es muy habitual la comunicación entre conductores para indicarse el uno al otro a quién dar preferencia en el paso. ¿Cómo es capaz de ver esto las cámaras del coche?
Es decir, en el tráfico hay multitud de situaciones que los conductores conocemos en base a comportamientos de otros coches, fluidez de la vía, velocidad, etc. Son comportamientos muy humanos. Existe un baile de vehículos en el tráfico en todo tipo de vías, al que las máquinas creo que todavía no pueden aspirar.
Recordemos que la inteligencia artificial que rige el funcionamiento de estos robots de la carretera no son más que una serie de reglas, muy sencillas, que ejecutan unas órdenes ante ciertos estímulos. Y esas órdenes están normalmente almacenadas.
¿Es lo mejor entonces un vehículo autónomo en el que nos montemos y haga todo por nosotros?
Muchas de estas preguntas son cuestiones al aire, basadas en el desconocimiento concreto del código y las reglas que siguen los distintos modelos de coches sin conductor. Si algún influencer llega a leer este post y logra contactar con alguno de estos fabricantes, estaría encantado de que estos me aclarasen mis dudas, o mejor aún, que me inviten a vivir situaciones de tráfico. Ahí lo dejo.